En aquellos días que percibíamos las vibraciones de las sesiones de escucha de la música de los incontestables Lynyrd Skynyrd fabricando sensaciones como rayos fugaces a su paso por nuestros oídos para dirigirse sin miedo a la zona sensorial de nuestros cerebros para inyectarnos energías renovadas a nuestros jóvenes cuerpos.
Salir de la queli con la sonrisa puesta y la sensacion de ir flotando o a punto de emprender el vuelo por encima de la muralla con el castillo al fondo que los de Wal Disney copiaron.
Caminar hasta el Ojo que todo lo ve para que Tito nos haga haga unos cócteles de taberna de barrio, era todo un desafió que afrontábamos con buen rollo y chachi. Esperando a nuestro amigo J.Jo, para poneros en composición de lugar nuestro colega había osado trangredir los pilares del poder municipal con su forma de ser, haciendo antipolitica en los bares y locales de ambiente de la conserva dora ciudad, había puesto el grito en el cielo de los ciudadanos de orden que no se explicaban como se podía permitir tanta osadía y falta de complejos.Que recuerdos por aquellos días en la casa del Gobierno que dejo de ser Vil para fumar debajo de su techo la pipa de la paz con toda naturalidad con la máxima autoridad de la ciudad y ver salir del plato como baila el vinilo Rok and Rol para liberar la vieja ciudad de tanto carcamal.
Y luego J.Jo nos puso alfombra roja por las viejas calles de adoquines para que camináramos sin mancharnos los pies. Parece que fue ayer.
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