No podemos estar sentados enfrente de nuestros portátiles sin hacer nada.
No podemos tomarnos un café con leche sin hacer nada.
Estamos hartos de hacer clics en emojis tristes o sorprendidos y de escribir “es horrible” y “no podemos hacer nada”.
No, sí que podemos! Somos muchos!
Vamos a Aleppo. De Alemania a Aleppo, por el camino llamado “refugee route”, solo que en la dirección contraria.
Nos han inculcado sumisión a la guerra. Nos han impuesto un miedo a los poderosos que controlan los hilos. Nos han convencido para tomar parte de “los buenos” y echar la culpa a “los malos”, a aceptar la división de la gente entre los mejores y los peores, los que pueden dormir plácidamente en sus propias camas y los que tienen que huir para salvar sus vidas. “Las cosas son así” – nos han dicho.
No podemos tomarnos un café con leche sin hacer nada.
Estamos hartos de hacer clics en emojis tristes o sorprendidos y de escribir “es horrible” y “no podemos hacer nada”.
No, sí que podemos! Somos muchos!
Vamos a Aleppo. De Alemania a Aleppo, por el camino llamado “refugee route”, solo que en la dirección contraria.
Nos han inculcado sumisión a la guerra. Nos han impuesto un miedo a los poderosos que controlan los hilos. Nos han convencido para tomar parte de “los buenos” y echar la culpa a “los malos”, a aceptar la división de la gente entre los mejores y los peores, los que pueden dormir plácidamente en sus propias camas y los que tienen que huir para salvar sus vidas. “Las cosas son así” – nos han dicho.