- artista
segoviano llama la atención sobre el abandono urbano deliberado y elabora
sus obras sobre paredes, fachadas y esquinas deterioradas.
- Sus
ilustraciones figurativas de personajes melancólicos, algunas de ellas en
Madrid, también buscan mitigar la agresividad de "la contaminación
visual".
- Entre sus proyectos recientes destaca una serie de grabados sobre la pobreza que pegó cerca de cajeros automáticos en el centro financiero de Roma (Italia)
Aprovecha rincones descuidados, paredes desconchadas,
cabinas de teléfono siempre vacías por la riada tecnológica de los móviles. Las
figuras humanas del artista urbano Gonzalo
Borondo(Segovia, 1989) podrían estar en un bloc de dibujo, son
figurativas y de trazos sencillos, como ejercicios del estudiante que es.
Aguardan con paciencia a que el espectador las descubra en el paisaje de la
ciudad.
Los personajes tienen una actitud fantasmal, un lenguaje corporal de hombros caídos y la mirada apagada: la mujer que se lava las manos con el hilo de agua de un grifo enfrenta a quien la observa, un grupo de hombres como de otra época se alinean encorvados en una mañana fría. Su autor sin embargo evita hablar de tristeza o abatimiento y le concede al espectador la libertad para hacer "la lectura posterior".
El deterioro y el olvido contribuyen a la atmósfera melancólica. Con sus ilustraciones urbanas, Borondo quiere llamar la atención sobre la dejadez deliberada, sobre los rincones que no se preservan: "Interactúo con ellos respetándolos y admirándolos por lo que son, historia". Borondo protesta contra el afán de tirar y construir sin necesidad, contra los edificios anodinos que arrancan el carácter de una ciudad y la hacen parecerse a cualquier otra.
Los personajes tienen una actitud fantasmal, un lenguaje corporal de hombros caídos y la mirada apagada: la mujer que se lava las manos con el hilo de agua de un grifo enfrenta a quien la observa, un grupo de hombres como de otra época se alinean encorvados en una mañana fría. Su autor sin embargo evita hablar de tristeza o abatimiento y le concede al espectador la libertad para hacer "la lectura posterior".
El deterioro y el olvido contribuyen a la atmósfera melancólica. Con sus ilustraciones urbanas, Borondo quiere llamar la atención sobre la dejadez deliberada, sobre los rincones que no se preservan: "Interactúo con ellos respetándolos y admirándolos por lo que son, historia". Borondo protesta contra el afán de tirar y construir sin necesidad, contra los edificios anodinos que arrancan el carácter de una ciudad y la hacen parecerse a cualquier otra.
No tendrían motivos legales para detenerme. Estoy quitando pinturaCon la misión de "aportar un poco de poética" al paisaje urbano y abrir un diálogo que mitigue la agresividad de la "contaminacion visual" de "neones, publicidad, colores llamativos y grandes letreros" ha diseminado sus creaciones en ciudades de Italia y Polonia y es frecuente encontrar su rastro en Madrid.
En su aventura artística también ha tocado temas de
actualidad: entre los proyectos de este último año (que pasó estudiando en
Roma) destaca Incisiones a la calle, una serie de grabados, relativos a
la pobreza, realizados sobre cartón y periódicos de economía que el
artista pegó en paredes junto a cajeros automáticos del centro de la capital
italiana, que también es el centro financiero de la ciudad.
Fuente . HELENA CELDRÁN. 20 minutos.es
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