Un niño tiene un accidente y pierde una pierna. A partir de ese momento, puede ocurrir una de estas dos cosas: que el niño construya su carácter en torno a la pierna que le falta y, en consecuencia, a partir de todas las cosas que ya no puede hacer; o, por el contrario, que construya su carácter en torno a la pierna que le queda y, por lo tanto, a partir de todas las cosas que todavía puede hacer. Cojear es un defecto, sí, pero también una forma de vivir; el procedimiento específico gracias al cual consigo recorrer el camino que me lleva a casa o llegar a tiempo a una cita con la amada; es también la oportunidad de añadir a mi cuerpo un elegante bastón. Seguir leyendo....
La decisión de tener una pierna
Autor nuestro amigo:
Santiago Alba Rico
El que ha perdido la relación entre los bosques y los ríos se vuelve un alienado porque no recuerda la belleza. Lo que admiramos en algunos cojos es que, ayudados de un bastón, eligen ser alegres y revolucionarios. Lo que admiramos de los pueblos en lucha es que distinguen un palo de una porra y una pirámide de una prisión. Es lo que llamamos dignidad y José Martí nombró con la palabra “decoro”.
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