No acepto que empujen a los jóvenes hacia la continuidad de un sistema irracional e injusto, bajo el hipócrita epíteto de emprendedores. No acepto una muerte indigna, ancianos abandonados, ni el hambre de un solo niño; no acepto una guerra, ni una sola. No acepto el impedimento interesado de reformar la Constitución con la participación ciudadana; que militaricen sectores de la sociedad; que en nombre de la paz el primer gasto del Estado sea el presupuesto de defensa. No acepto que más de 10 millones de personas en España, estén en la exclusión social o en riesgo de pobreza, ni la valoración del individuo según el dinero que posea.
No acepto amos y esclavos, señores y siervos, ganadores y perdedores. No acepto cielo e infierno, ostentación y miseria, riqueza y pobreza. No acepto recortes sociales a millones de personas para que las acciones de las grandes compañías no pierdan su valor en Bolsa. No acepto un ser humano a la intemperie, familias sin hogar, juventud sin futuro. No acepto la competición como base del sistema económico, no acepto ese sistema. No acepto pagar a jugadores de fútbol y estrellas del espectáculo, mucho más que a maestros y médicos, ni que la búsqueda del beneficio sea el fin supremo de la humanidad y la acumulación de riqueza la realización de la condición humana. No acepto que Dios tenga que ver con el poder que perpetúa la explotación del hombre por el hombre.
Yo llamo a no aceptar este sistema. Clamo a pensar. Convoco a luchar por una existencia mejor, sin miedos ni cortapisas morales de ningún tipo.
Autora: PILAR CÁCERES
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