lunes, junio 14, 2010

AL REY ROGANDO Y CON EL MAZO DANDO

UNA HISTORIA REAL

Ardor Destómago es un grupo de colegas que tocan punk formado por tres estudiantes de Euskadi y Asturies pero afincados en Segovia. La idea surge en 2007, cuando el Abuelo (batería), el Munoñes (bajo y voz) y el Crestas (guitarra y voz) pasaban el rato metiendo ruido en la sacristía de una conocida iglesia segoviana intentando tocar algo parecido a Eskorbuto y demás clásicos populares. Poco a poco fueron saliendo canciones propias y extrañas versiones.
Su sonido es sucio, cañero y potente y sus letras son unas veces comprometidas y otras veces absurdas, pero siempre irreverentes y directas.

En Segovia, con repercusión estatal y, seguramente causa abierta en la Audiencia Nacional se ha montado un guirigay de cuidado con un CD editado por el Ayuntamiento de la capital con canciones de gente joven de por estos predios. «Una historia real» es la canción de marras que ha provocado nada menos que el cese de un concejal y de dos técnicos del Ayuntamiento de Segovia, en la que supuestamente se insulta a Juan Carlos, el de La Zarzuela (palacio, no opereta).
Por cierto, si usted busca la palabra "hijoputa" (es lo que se dice en el disco) en el diccionario de la RAE, no la encontrará; sí aparece "hijo de puta" que los académicos califican de insulto con el significado de "mala persona".
La verdad es que, si no se pone en cuestión todo lo demás que se pregunta en la canción, y parece que esto no les importa a los comentaristas y políticos reaccionarios y timoratos, lo menos que se le puede llamar, a quien es autor de los hechos que se describen, es mala persona.
El más osado de los comentarios periodísticos que he leído es, sin duda, el editorial de El Adelantado del martes, 15 de junio que, con entrada en el faldón de la primera, como tema de importancia, critica a los "Ardor Destomago", autores de la copla, por proferir insultos pero, curiosamente, lo hace con un rosario de ídem; la libertad de expresión parece que existe según para quién. Y, además, con una apreciación xenófoba pues mantiene que el CD editado por el Ayuntamiento era para recoger canciones de músicos segovianos y los del citado grupo, según el editorialista, son vascones y astures ¡Qué oprobio! Por eso, por eso pasa lo que pasa; no tienen la hidalguía de los nobles linajes (pelajes, dice mi amigo Ángel) de los hijos de estas tierras. Ahora resulta que quien estudia, trabaja, vive y padece en Segovia, no es segoviano. Me asaltaría una duda existencial, sino fuera porque patrias y patriotas me tocan las p...: mi abuelo era de Burgos ¿seré yo segoviano?
El Adelantado también nos recuerda que el Código Penal en su artículo 490.3 establece que el que "calumniare o injuriare al Rey o a cualquiera de sus ascendientes o descendientes (…) será castigado con la pena de prisión de seis meses a dos años si la calumnia o injuria fueran graves, y con la de multa de seis a doce meses si no lo son". ¿Hasta dónde ascendemos en la parentela regia? Porque, quizás, haya que pedir responsabilidades al Director de la Biblioteca Nacional por coleccionar y permitir la publicación de los dibujos de los hermanos Bécquer que ponían de vuelta y media a la bisabuela de Juan Carlos, Isabel II.
En fin, todo un poema; si no la letra de la canción que, aunque haya caído en desgracia tiene su gracias, si la reacción de la sociedad retrógrada de apaniaguados y tiralevitas en la que nos toca vivir.
Las dimisiones que se comentan más arriba le han parecido poco al PP que aprovecha para dar caña al grupo del PSOE que gobierna el Ayuntamiento de Segovia y exige que el Concejal de Juventud entregue su acta electoral. Curiosamente, coincide en esta exigencia IU que también pide que el Concejal de Juventud se mache a casa. ¡Vivir para ver!
Soy más partidario de una mediocre ironía que de un acertado insulto (aunque este último, casi siempre, se entiende mejor) pero montar la que se ha montado por llamar "mala persona" al señor de La Zarzuela me parece una pasada.
Alguien me dirá que también le llaman bastardo; volviendo al diccionario, bastardo es el que degenera de su origen o naturaleza; es decir, que la palabreja tan sólo expresa una opinión.
En todo caso, si tomamos ad pedem litterae las palabras hijo de puta, aunque sea apocopadas en la más breve hijoputa, quizá las que han de sentirse ofendidas son las mujeres que se dedican a este trabajo que por no tener derechos, ni siquiera tienen el de que su profesión se nombre con respeto.










No hay comentarios: