Vemos con preocupación cómo la guerra en Afganistán se vuelve cada vez más sangrienta.
Algunos intentan presentar la ocupación liderada por EEUU como una misión de paz y reconstrucción, pero la triste realidad es otra.
El año pasado murieron más civiles afganos que en ningún año desde el inicio de la ocupación en 2001.
La mayor parte de los recursos están destinados a fines militares, no a la reconstrucción; además, una parte importante del dinero destinado a dicha reconstrucción acaba en manos de multinacionales o de corruptos dirigentes locales impuestos por la ocupación.
Existen graves limitaciones a la democracia en Afganistán debido, entre otras cosas, a que es un país ocupado. Las recientes elecciones fueron universalmente reconocidas como fraudulentas, pero Karzai sigue como Presidente.
La situación de las mujeres afganas es casi tan terrible como lo era cuando gobernaban los talibanes. Karzai ha aprobado incluso una ley que permite que los hombres puedan violar a sus esposas, algunas de las cuales tienen menos de 10 años.
Así es Afganistán tras más de ocho años de ocupación. No se puede justificar el derramamiento de sangre inocente que la población civil afgana está pagando por culpa de la presencia militar extranjera. Este sufrimiento se extiende a las familias de los soldados ocupantes, que ven cómo los suyos caen en una guerra de objetivos oscuros.
Expresamos nuestra solidaridad con el pueblo afgano, y nuestro deseo de que se le permita levantar su propio país, sin la ocupación y sin los señores de la guerra y narcotraficantes que ésta conlleva.
Pedimos al gobierno que anule el envío de tropas y que retire de inmediato los efectivos que actualmente participan en la guerra de Afganistán.. Creemos que el millón de euros al día que el gobierno español gasta actualmente en la ocupación debería estar destinado a fines sociales.
En este sentido, expresamos nuestro apoyo a la Campaña por la retirada de las tropas españolas de Afganistán y a las movilizaciones contra la guerra que ésta convoca para el 20 de marzo de 2010.
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Algunos intentan presentar la ocupación liderada por EEUU como una misión de paz y reconstrucción, pero la triste realidad es otra.
El año pasado murieron más civiles afganos que en ningún año desde el inicio de la ocupación en 2001.
La mayor parte de los recursos están destinados a fines militares, no a la reconstrucción; además, una parte importante del dinero destinado a dicha reconstrucción acaba en manos de multinacionales o de corruptos dirigentes locales impuestos por la ocupación.
Existen graves limitaciones a la democracia en Afganistán debido, entre otras cosas, a que es un país ocupado. Las recientes elecciones fueron universalmente reconocidas como fraudulentas, pero Karzai sigue como Presidente.
La situación de las mujeres afganas es casi tan terrible como lo era cuando gobernaban los talibanes. Karzai ha aprobado incluso una ley que permite que los hombres puedan violar a sus esposas, algunas de las cuales tienen menos de 10 años.
Así es Afganistán tras más de ocho años de ocupación. No se puede justificar el derramamiento de sangre inocente que la población civil afgana está pagando por culpa de la presencia militar extranjera. Este sufrimiento se extiende a las familias de los soldados ocupantes, que ven cómo los suyos caen en una guerra de objetivos oscuros.
Expresamos nuestra solidaridad con el pueblo afgano, y nuestro deseo de que se le permita levantar su propio país, sin la ocupación y sin los señores de la guerra y narcotraficantes que ésta conlleva.
Pedimos al gobierno que anule el envío de tropas y que retire de inmediato los efectivos que actualmente participan en la guerra de Afganistán.. Creemos que el millón de euros al día que el gobierno español gasta actualmente en la ocupación debería estar destinado a fines sociales.
En este sentido, expresamos nuestro apoyo a la Campaña por la retirada de las tropas españolas de Afganistán y a las movilizaciones contra la guerra que ésta convoca para el 20 de marzo de 2010.
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