sábado, febrero 27, 2010

SEGUIMOS DE PIE, NO VAMOS A IRNOS DE NUESTRA TIERRA


Amanda Asijak es una mujer de voz pausada, ojos oscuros y mirada profunda. Es integrante de la comunidad Qom (Toba) de La Primavera, ubicada entre Laguna Blanca y Laguna Nainek, a unos 50 kilómetros de Clorinda, en Formosa. Y ella, al igual que los más de cuatro mil habitantes que tiene la comunidad, lucha para que se respeten sus derechos, su cultura, sus costumbres, sus modos de vida y se resiste a ser desalojada de las tierras en la que vive su gente, las mismas que habitaron sus antepasados. "Seguimos en la lucha, seguimos de pie", resaltó Amanda en una entrevista a ANRed durante un viaje que hizo por Buenos Aires para contar las problemáticas de sus hermanos, los olvidados.
En el monte de la colonia La Primavera, Amanda vive con su marido Félix Díaz (al que conoce desde los 13 años), sus cuatro hijos, Eduardo, Abelardo, Rolando y Jorgelina; y sus tres nietos, Edgardo, María Lujan y Eliana Roxana. Y de la misma forma que ella, sus vecinos viven con sus familias numerosas, en armonía con la naturaleza. Porque su principal objetivo es cuidar el lugar que aman, aunque no cuenten con los medios de producción (herramientas, semillas) necesarios para trabajar sus tierras y para subsistir dependan de pensiones y planes sociales estatales. Peor aún: viven sin agua potable, trabajo y se atienden en un hospital que los discrimina. Pero ellos siguen resistiendo. Y es en esa misma lucha en la que reclaman que se cumpla la Ley Nacional 26.160, sancionada en 2006, que suspende los desalojos judiciales de las comunidades indígenas hasta tanto el Instituto Nacional de Asuntos Indígenas (INAI) no realice un relevamiento en todas las tierras que tradicionalmente ocupan.

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