domingo, octubre 24, 2010

Apoyamos a José María Korta en Huelga de Hambre en solidaridad con los yukpa.


Desde Segovia toda nuestra solidaridad con Josemari Korta y nuestro apoyo a su noble causa.


Hablar Jose Maria Korta, en el reducido espacio de este pronunciamiento sería insuficiente. Sólo quienes han estado cerca de su caminar pueden comprender la dimensión moral de este anciano que se ha ganado el afecto más profundo de los pueblos y comunidades indígenas de la amazonía venezolana. Por eso ha sido bautizado en muchas lenguas, aunque se le conoce más como Ajishäma, el nombre que le dieron los Ye’kwana hace ya cuatro décadas.
Desde la distancia física y cultural que separa a Caracas de las selvas, sabanas y morichales indios, se sigue con preocupación los acontecimientos que se han puesto en marcha a partir de la decisión de Ajishäma de iniciar una huelga de hambre como método de lucha.

La Fundación Causa Amerindia Kiwxi (CAK), ante la gravedad de la situación, expresa ante la opinión pública el siguiente pronunciamiento:
CAK se solidariza con las reivindicaciones que Ajishäma exige para los pueblos indios de Venezuela en general y para el Pueblo Yukpa en particular.
CAK se pronuncia inequívocamente por la necesidad de una transformación urgente y radical que dé pasos firmes a la búsqueda de modelos que trasciendan el capitalismo explotador y el colonialismo cultural y territorial contemporáneo. ¡No hay salida para los indios ni para los venezolanos ni para la humanidad por el camino de la depredación de la tierra, de los pueblos y de las culturas!
Para el Cacique Yukpa Sabino Romero, para Olegario Romero y Alexander Fernández, reclamamos la revolucionaria decisión de confiar en los criterios de justicia indígena y en su capacidad para dirimir los conflictos.Vemos necesario reconocer que el fondo del asunto que mantiene detenido al Cacique Yukpa Sabino Romero Izarra es la confrontación de dos modos de entender el mundo: el de los indios que defienden su territorio ancestral y el de las empresas extractoras y explotadoras –públicas o privadas- que codician las riquezas naturales de ese territorio. Pretender negar esta verdad hiere la confianza en las instituciones que conducen el proceso de cambio en Venezuela.
Consideramos, como Ajishäma, que los evidentes defectos en la materialización de los derechos reconocidos a los pueblos indígenas en la Constitución de 1999 obedecen a incapacidades de la clase política para ser consecuentes con el espíritu revolucionario y humanista de las leyes en materia indígena.


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