jueves, agosto 20, 2015

Cronicas veraniegas- Los Aldeanos,prisioneros del agua


A poca distancia de la aldea existe un rio de cristalinas aguas, que en su discurrir crea unas magníficas pozas que son el disfrute de los aldeanos que hasta allí se llegan.

La calidad de sus aguas las hacen ser consideradas como minerales. Y la calidad de sus aguas fueron la desdicha del rio. Una empresa avispada consiguió que la Junta de Comunidades de aldeanos les privatizara el caudal y una bomba succionadora traslada el agua hasta una planta de la que salen camiones cargados de botellas de 300 ml, 500 ml, 1,5 l y 5 l. Todo muy higiénico, aséptico. Es agua y mineral.

A pesar de la sed segoviana del estío la bomba succionadora sigue funcionando.

Las aguas de nuestra aldea son de la misma calidad, comparten cuenca, ecosistemas, geología. Son aguas hermanas, de las mismas lluvias, de la misma nieve.

Siempre ha habido agua de calidad en la aldea, a pesar de que las normas actuales obliguen a un tratamiento químico por cuestiones sanitarias. Una empresa avispada consiguió que el Gobierno de los aldeanos les privatizara el caudal. Los aldeanos ahora pagamos a una empresa por el agua que consumimos y que nace en nuestros montes y bosques. De hecho, la vemos pasar a diario. Entonces... ¿porqué es tan cara? ¿porqué es de peor calidad?

Desde el sentido común no podemos decir otra cosa que no sea: Estamos maltratando nuestra agua. De ser agua mineral, como la que podemos encontrar de nuestro rio hermano en un supermercado, ha pasado a ser un agua funcional.

Y la cosa parece que va a ir a peor. Estamos creando uno de los parques acuáticos más grandes de Europa donde vamos a bombear agua de un pantano para rellenar un depósito que suministrará a unas fuentes para volver a un pantano. Kilómetros de tuberías, metros de desnivel. Y entre medias están los aldeanos. Todo bastante antiecológico pero de cifras millonarias e infraestructuras costosas.

Recientes episodios de agua no apta para consumo nos descubrieron que había una algas muy pequeñitas, casi diminutas, que en el verano, cuando el calor aumenta y baja el nivel del embalse, encuentran unas condiciones estupendas para multiplicarse velozmente.

Y ya no hay quien las eche. Sólo productos químicos las controlan cuando su número es reducido y el agua fresca y abundante.

Mientras, los aldeanos seguiremos pagando a una empresa privada por el agua que consumimos pensando por qué las soluciones sencillas a los problemas ni siquiera se contemplan a la hora de decidir resolverlos.

Publicado:Circulo podemos valsain-La granja

https://www.diagonalperiodico.net/…/ley-del-franquismo-perm…

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