miércoles, diciembre 10, 2025

En memoria Robe Iniesta



Sus letras formarán parte de la cultura del pueblo y representan a una parte de la sociedad que cree que otro mundo es posible, ha construido una banda sonora insumisa que perdurara en el tiempo.

Nuestro reconocimiento y admiración, hasta siempre Robe, hasta siempre, siempre

En 1994 Extremoduro reeditó el álbum »Rock Transgresivo» e incluyó esta canción inspirada en el poema de Marcos Ana, Decidme cómo es un árbol.
https://dentrodelarteblog.wordpress.com/.../el-poema-de.../

“Quisiera que mi voz fuera tan fuerte
que a veces retumbara las montañas
Y escucharais, las mentes social-adormecidas, las palabras de amor de mi garganta.”


Una noche bajé a la calle con mi casete; todos mis amigos se habían ido de fiesta, pero yo no tenía ganas. No me sentía bien. Tenía 19 años, así que no me acuerdo del motivo por el que me sentía tan desdichado. Llegué al skatepark, donde nos juntábamos normalmente, arrastrando los pies. Estaba desierto. Me senté en un banco, me hice un porro y puse Extremoduro, Somos unos animales. Lo tenía grabado en una cinta TDK de 90. En la otra cara tenía a Silvio Rodríguez. Yo era rapero por esa época, y todos sabían que me gustaba Silvio y Extremoduro, pero esa no era la música que se ponía en un loro (así se llamaban los radiocasetes); digamos que era música para escuchar de a uno: ponerlo en la calle resultaba sencillamente deprimente.

En esas estaba, fumándome mi malestar mientras sonaba Tu corazón, cuando de lejos vi llegar al DJ de música electrónica y héroe local, David Power, @davidspower . Fue un escándalo verme allí solo y amargado, escuchando Extremoduro. Para colmo, le conté que en la otra cara tenía a Silvio: le iba a dar un ictus. Todavía se acuerda, fijo. Huyó rápido de semejante mal rollo.

Muchas veces me he preguntado cómo pudo ser Extremoduro un grupo tan transversal en lo que a público se refiere. Quizás fuera porque a la gente de barrio nos permitió cantar nuestro malestar, nuestra desazón: no fueron fáciles los 90 para muchos jóvenes de clase trabajadora. Extremoduro nos daba poesía, palabras, cierta dosis de belleza en la desgracia de hacernos mayores y de no tener mucho futuro, al tiempo que nos permitía gritar, con resentimiento destroyer: iros todos a tomar por culo. Que gente más pija lo escuchara también y lo gozara, supongo que tuvo que ver con cierta mimesis hacia abajo del sentimiento, esa cosa de imitar los gustos de los más pobres porque resultan más auténticos.
 No sé.
Se ha muerto Robe, y hoy nos hemos levantado tristes. Pero me siento mejor, si sé que tengo una estrellita pequeñita pero firme. Pero firme.

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