Ayer disfutamos de un maravilloso recital poético entre Gonzalo Escarpa y Sergio Artero en El Grillo Blanco un precioso local en Pelayos del Arroyo, Segovia. Un recital que se enmarca dentro del hermoso mapa de recitales que Escarpa está desplegando sobre el territorio español.
LO QUE QUISE DECIR CUANDO DIJE QUE NO
fue exactamente eso:
no.
Dije no a un modelo familiar de lunáticos,
y perdí la caricia desganada
y el arrullo simbólico de lo que se sostiene
sobre mentiras y complots nacidos de rutinas
fabricadas durante generaciones y generaciones de repetición [inane e insalubre,
pero aprendí de la lección del náufrago
y la aleación de lo que no se rompe
por motivos reales y escogidos.
Dije no a un concepto de patria ajado, abstruso y a la vez [demasiado sencillo,
perdiendo así dos formas de entender la alianza
entre conceptos viejos,
y ganando la libertad del que se esmera
en ser sencillamente uno que hace camino
sin los pasos marcados.
Dije no a la barbarie, al matrimonio, a la procreación y al trabajo [asalariado,
que forman parte de la misma patraña,
que es hija de la usura y de la escoria
y de la podredumbre mental de manicomio
de los que nos perturban y nos quieren iguales.
Dije no a los discursos maniatados, a los discursos manirrotos,
a los discursos que se heredan, a los discursos del vacío,
a los discursos sosos y atacados de histeria y a los repetitivos y a [los otros.
Dije no a la política, a la manada henchida de pus y de sosiego,
al club y al vecindario, al territorio,
dije no al boyscout y al uniforme y al código de barras y a las bocas [mugrientas
de los devoradores del silencio.
Me quedé solo de solemnidad, con los ojos abiertos,
lejos de la amistad de los sin nada,
perdí las piernas y los brazos de otros,
pero gané mi voz, hecha de noes, de renuncias, de algo
[a lo que no se llega desde el sí.
Dije no a las sandeces de la opulencia, al apego informal, al fuego [fatuo,
a la usura de la que Pound trató de separarnos,
al bombón de la vida abaratada, al freno y al escaparate,
al siglo segador, al músculo, a la rama.
Dije no a someterme a disciplinas
físicas, éticas o intelectuales
que no fueran igual que la del árbol,
la del espíritu, la de la palabra.
Dije no a la experiencia y sus lacayos, no al derrumbe del oso,
no al arbitrio feroz de la desdicha, no a la triste alegría,
no a la gramática, no a todas las guerras.
Dije no y me quedó solo ese no
rompiéndome la boca,
expuesto en cada feria al escarnio y la mofa,
dije no y señalaron con sus dedos sin carne mi serpiente perdida,
dije no y me marcaron con una exclamación del auditorio,
con una queja frente a mi desidia, con una mancha en mi [expediente, con
una lluvia de inútiles trampas de mortuorio.
Dije no porque era
de todas las opciones la más mía,
porque de otra manera aún estaría recostado en el fango de todas [las respuestas
ante el pasmo feroz de las preguntas,
dije un no inmenso y negro, rectangular, translúcido,
que me salvó de todo y me alejó del surco
del ocaso.
Dije no y desde entonces
creo que es todavía
lo único que nos queda.
Gonzalo Escarpa
fue exactamente eso:
no.
Dije no a un modelo familiar de lunáticos,
y perdí la caricia desganada
y el arrullo simbólico de lo que se sostiene
sobre mentiras y complots nacidos de rutinas
fabricadas durante generaciones y generaciones de repetición [inane e insalubre,
pero aprendí de la lección del náufrago
y la aleación de lo que no se rompe
por motivos reales y escogidos.
Dije no a un concepto de patria ajado, abstruso y a la vez [demasiado sencillo,
perdiendo así dos formas de entender la alianza
entre conceptos viejos,
y ganando la libertad del que se esmera
en ser sencillamente uno que hace camino
sin los pasos marcados.
Dije no a la barbarie, al matrimonio, a la procreación y al trabajo [asalariado,
que forman parte de la misma patraña,
que es hija de la usura y de la escoria
y de la podredumbre mental de manicomio
de los que nos perturban y nos quieren iguales.
Dije no a los discursos maniatados, a los discursos manirrotos,
a los discursos que se heredan, a los discursos del vacío,
a los discursos sosos y atacados de histeria y a los repetitivos y a [los otros.
Dije no a la política, a la manada henchida de pus y de sosiego,
al club y al vecindario, al territorio,
dije no al boyscout y al uniforme y al código de barras y a las bocas [mugrientas
de los devoradores del silencio.
Me quedé solo de solemnidad, con los ojos abiertos,
lejos de la amistad de los sin nada,
perdí las piernas y los brazos de otros,
pero gané mi voz, hecha de noes, de renuncias, de algo
[a lo que no se llega desde el sí.
Dije no a las sandeces de la opulencia, al apego informal, al fuego [fatuo,
a la usura de la que Pound trató de separarnos,
al bombón de la vida abaratada, al freno y al escaparate,
al siglo segador, al músculo, a la rama.
Dije no a someterme a disciplinas
físicas, éticas o intelectuales
que no fueran igual que la del árbol,
la del espíritu, la de la palabra.
Dije no a la experiencia y sus lacayos, no al derrumbe del oso,
no al arbitrio feroz de la desdicha, no a la triste alegría,
no a la gramática, no a todas las guerras.
Dije no y me quedó solo ese no
rompiéndome la boca,
expuesto en cada feria al escarnio y la mofa,
dije no y señalaron con sus dedos sin carne mi serpiente perdida,
dije no y me marcaron con una exclamación del auditorio,
con una queja frente a mi desidia, con una mancha en mi [expediente, con
una lluvia de inútiles trampas de mortuorio.
Dije no porque era
de todas las opciones la más mía,
porque de otra manera aún estaría recostado en el fango de todas [las respuestas
ante el pasmo feroz de las preguntas,
dije un no inmenso y negro, rectangular, translúcido,
que me salvó de todo y me alejó del surco
del ocaso.
Dije no y desde entonces
creo que es todavía
lo único que nos queda.
Gonzalo Escarpa
Oversitura (poesía), de Sergio Artero Pérez, nueva Edición Encendida
FRAGMENTOS DE OVERSITURA
....coloréate y planta tu pensamiento azul
Como la espera_nza porque al cabo
y al soldado
recién graduado
la miopía difumina los contornos
y no se sabe lo que habrá a lo lejos
Todo andar es divagar
y tal vez
tal vez tal vez tal vez
llegues muy lejos....
....coloréate y planta tu pensamiento azul
Como la espera_nza porque al cabo
y al soldado
recién graduado
la miopía difumina los contornos
y no se sabe lo que habrá a lo lejos
Todo andar es divagar
y tal vez
tal vez tal vez tal vez
llegues muy lejos....
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