viernes, mayo 22, 2015

EL LEGADO Y LOS HEREDEROS DEL 15M


Cuatro años después de los acontecimientos espontáneos del 15 de Mayo de 2011que sacudió profundamente a la sociedad española, está en el alero la pregunta de cuál fue su legado, al tiempo que muchos se proclaman sus herederos.

Sería un profundo error entender el 15M en términos meramente políticos o de toma de conciencia de una situación crítica y la consiguiente movilización social.

Los que vivieron de cerca y en las plazas aquellas fechas singulares recordarán emocionadamente la sensación de estar participando en un acontecimiento singular y fundacional. Lo que se oía, decía, las relaciones que se establecían, la libertad y espontaneidad que favoreció la explosión de una energía colectiva desconocida hasta entonces, entronca sin duda con lo que debieron experimentar aquéllos que vivieron en primera fila sucesos revolucionarios.

Revolución en el sentido de ruptura de las ataduras que encorsetan las vidas individuales y las de la sociedad en su conjunto. Trabas también en las mentes y en los cuerpos. En esas jornadas sin duda se experimentó un atisbo de libertad recuperada en la que de pronto todo era posible, y entre todos surgía una complicidad fraternal, sin distinción de orígenes , edad, condición.

Las plazas se convirtieron en un magma volcánico cuya fuerza perecía que podía arrastrar consigo todo lo viejo y podrido de una sociedad que había llegado a su punto álgido de putrefacción, Diríase que aquello era la gestación de una nueva manera de vivir cada uno y en común: La semilla de una sociedad regenerada y profundamente anclada en unas raíces de libertad, respeto, solidaridad, creatividad, justicia y verdad, como exigencias esenciales de de la vida humana en cualquier momento y lugar. Si hubiera que nombrar con una palabra lo que transmitían las multitudes, esta sería sin duda ALEGRIA. Alegría propia de haber encontrado un sentido a la vida, impregnada con la emoción de que esta sólo podía ser vivida en común.

El choque que supuso con la realidad que permeaba la existencia y que se reflejaba en el individualismo, el profundo egoísmo y la insolidaridad, la primacía de lo material, la búsqueda del beneficio a toda costa y la mentira impregnando hasta extremos inconcebibles la vida pública, era brutal y patente. Un descrédito generalizado, una descalificación global a una forma de sociedad antihumana, que podemos nombrar sin miedo, se llama CAPITALISMO.

La esperanza que despertó es la propia de un momento germinal, preñado de promesas de futuro, pero como todo proceso de maduración necesita tiempo y condiciones para crecer. Como hijos de la prisa necesitamos ver los frutos inmediatamente si no caemos fácilmente en la frustración y la duda. Hoy, cuatro años después, debemos afirmar que lo que allí sucedió no ha sido enterrado, sigue vivo y actuando de muchas formas. Unas, inequívocamente desencadenadas por el 15M: las mareas ciudadanos, las PAH, las múltiples plataformas ciudadanas que expresan de mil formas diferentes la disconformidad con lo que está sucediendo y que se niegan a bajar la cabeza y someterse a la injusticia y la mentira. Frutos de insumisión y lucha, inaceptables para el poder porque verdaderamente suponen la irrupción de lo contrario a este sistema: ANTISISTEMAS por muy anatematizada que esté la palabra.

La herencia del 15M es un botín codiciado. Por su aceptación ciudadana y el espíritu reivindicativo y de refundación que conlleva. Muchos han visto en aquella fecha el inicio de una forma nueva de hacer política, de construir una democracia que merezca ese nombre. Los partidos tradicionales no han podido desmarcarse de su influencia remedando en las formas con un lenguaje renovado, un repudio, aunque sea sólo de palabra, de la corrupción y de la política entendida como profesión. Algunos incluso han adoptado las primarias y la cercanía a los ciudadanos en simulacros asamblearios, paseos callejeros, etc… Nuevas formas para viejos usos, que no pasan desapercibidas a una mirada avisada.

En los nuevos partidos (y en una parte de IU) es en donde se ha querido focalizar el espíritu del 15M. Sin duda Podemos está impregnado en la pedagogía y la práctica de los círculos, de aquellos acontecimientos que reivindicamos a pie de calle, y recogen por lo menos en parte su legado político. Otro cantar es Ciudadanos, fenómeno mediático que bajo sus siglas y el liderazgo amarillo, blando, joven y guapo de Albert Rivera, parece no contener nada muy diferente al PP.

Sin embargo también ellos, que aunque no son nuevos en política parecen haber borrado su pasado, compiten por ser los auténticos albaceas del 15M. Como toda impostura, en este caso vestida de oportunismos electoral, nos vemos obligados a denunciarla sin cortapisas: Ciudadanos es otra manera de presentar lo viejo y caduco en política,y si alguien lo duda que se informe más allá de nuestros medios de intoxicación masiva.

Sea lo que sea que deparen las urnas en el maratón electoral del presente año, estamos convencidos de que al verdadero legado del 15M todavía está por cuajar y no dudamos que su cosecha será abundante en beneficio de eso Mundo Nuevo posible que queremos construir.

A.L.F.

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