Como ya sabéis, el Programa estatal de Vías Verdes tiene por misión última, desde que comenzó en el año 1993, contribuir al desarrollo sostenible del Medio Rural español reconvirtiendo antiguos trazados ferroviarios en recursos turísticos de calidad con capacidad para dinamizar socioeconómicamente zonas deprimidas impulsando la creación de pequeñas empresas y generando empleo.
Antiguas vías del tren en desuso que cruzaban nuestros campos se han convertido hoy en caminos naturales aptos para la práctica de actividades de ocio activo saludables, como el Cicloturismo y el Senderismo. Instituciones públicas, empresas de servicios turísticos, federaciones deportivas y casas rurales, se sirven de estos caminos para organizar actividades lúdicas y/o educativas. Son un recurso muy valioso para dar a conocer el Patrimonio Natural y Cultural de las zonas que atraviesan.
Pero el programa fracasará en su misión si no protegemos las Vías Verdes de los focos de contaminación que también existen en el Medio Rural. Uno de estos focos es la polución atmosférica de las explotaciones intensivas de ganado porcino que proliferan en nuestra provincia. El vertido de purines en el campo emite al aire gases nocivos como amoniaco, óxidos de nitrógeno, sulfuros de hidrógeno y también bioaerosoles (biopartículas: bacterias, virus, hongos…) y, por ello, creemos que es vital dotar a nuestra Vía Verde de bandas de protección laterales de al menos 1 Km, especialmente cuando no exista pantalla forestal que proteja a los ciclistas y senderistas.
El adjetivo “Verde” no casa bien con la palabra “Polución”.
Las Vías Verdes siempre han contado con el apoyo unánime de los partidos políticos, tanto en el ámbito del Estado como de las Comunidades Autónomas, Diputaciones, Grupos de Acción Local y Ayuntamientos, porque su potencial para diversificar la economía local en el Medio Rural es incuestionable. Se han invertido grandes esfuerzos económicos en recuperar miles de kilómetros de antiguas vías de ferrocarril y acondicionar espacios aledaños con este propósito.Ha llegado la hora de proteger estas inversiones, ¿no estáis de acuerdo?
Antiguas vías del tren en desuso que cruzaban nuestros campos se han convertido hoy en caminos naturales aptos para la práctica de actividades de ocio activo saludables, como el Cicloturismo y el Senderismo. Instituciones públicas, empresas de servicios turísticos, federaciones deportivas y casas rurales, se sirven de estos caminos para organizar actividades lúdicas y/o educativas. Son un recurso muy valioso para dar a conocer el Patrimonio Natural y Cultural de las zonas que atraviesan.
Pero el programa fracasará en su misión si no protegemos las Vías Verdes de los focos de contaminación que también existen en el Medio Rural. Uno de estos focos es la polución atmosférica de las explotaciones intensivas de ganado porcino que proliferan en nuestra provincia. El vertido de purines en el campo emite al aire gases nocivos como amoniaco, óxidos de nitrógeno, sulfuros de hidrógeno y también bioaerosoles (biopartículas: bacterias, virus, hongos…) y, por ello, creemos que es vital dotar a nuestra Vía Verde de bandas de protección laterales de al menos 1 Km, especialmente cuando no exista pantalla forestal que proteja a los ciclistas y senderistas.
El adjetivo “Verde” no casa bien con la palabra “Polución”.
Las Vías Verdes siempre han contado con el apoyo unánime de los partidos políticos, tanto en el ámbito del Estado como de las Comunidades Autónomas, Diputaciones, Grupos de Acción Local y Ayuntamientos, porque su potencial para diversificar la economía local en el Medio Rural es incuestionable. Se han invertido grandes esfuerzos económicos en recuperar miles de kilómetros de antiguas vías de ferrocarril y acondicionar espacios aledaños con este propósito.Ha llegado la hora de proteger estas inversiones, ¿no estáis de acuerdo?
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