Querido Froilo, estés donde estés.. no sé como empezar sin
que se me escapen las lágrimas, qué gran vacío has dejado con tu marcha, no te
imaginas cuánto. A ti te ha dejado de latir tu corazón, pero es que a mí, el
mío desde tu marcha, me late con rabia contenida, rabia e impotencia. Me ha
faltado tiempo, a otros libertad, pero el caso es que por una u otra
circunstancia, tú te has visto privado de un hogar estos últimos meses. Un
hogar, Froilo, tan sencillo como éso, donde haber podido estar tranquilo
disfrutando del calorcito, de unos mimos que tanto agradecías con esa mirada
tuya, con esa nobleza que tenías, porque mira que eras bueno Froilo...pero no
ha podido ser.. tu corazón se ha parado y con el tuyo el nuestro... Hasta
siempre Froilo. Morir pero no ser olvidado; ésa es la vida realmente larga..
Seguir leyendo ; Froilo, el adiós de un valiente | Historias de
la Protectora de Animales de Segovia
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