jueves, mayo 03, 2012

Una sociedad de amedrentados


Miedo. Mucho miedo. Tengo miedo. Lo reconozco, aunque es la hora de los valientes, que diría el admirado Antonio Mercero. Miedo a la sanidad semipública, medio privada, nacional y no universal. Miedo a que muchos dirigentes teman más el contagio racial que el contagio sanitario infeccioso. Miedo a que expresiones como “lo...s de casa” inventen la nueva generación de maketos y no pase nada. Miedo a que el contagio de Marine Le Pen sea más dañino de lo que pudiera parecer. Miedo a que haya barra libre contra inmigrantes, viejos, jóvenes, mujeres, deudores, parados, enfermos, artistas —TVE censuró la gala de los premios Max de teatro por las criticas a la situacion del país—, librepensadores, periodistas, etcétera, etcétera,etcétera. Miedo a que los perros de los ricos se atiborren y rechacen las tortitas que no tengan chocolate y se cierren comedores sociales. Miedo a que el aumento del paro sea una consecuencia presente de la tierra prometida en el futuro. Miedo a que el Sahel no exista. A que Sarkozy sea más duro que Le Pen y a que Rajoy sea más duro que Merkel. A que vuelva Berlusconi para llenar de oro a sus amigas menores de edad, según confiesan ellas mismas

(Eduardo Rodrigálvarez)Ver más  Miedo, tengo miedo

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