Han echo oir su voz discordante contra los que nos quieren condenar a una servidumbre dócil, mientras nos expolian para beneficio de grandes financieros y pudientes. Hoy, no puede haber otra salida que la nos conduzca a la abolición de este régimen que ya no puede tapar sus vergüenzas y contradicciones, que la que nos conduzca a una verdadera democracia, es decir: a la República.
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