Salir de casa con la misión de traer la leche sin derramar ni gota es un operación de alto riesgo,además coger pan ,acepto el reto .Lo primero que veo al salir por la doble puerta es los pequeños arboles que ha plantado mi abuelo, en el intento de parque junto a la iglesia de la torre que desde los infiernos se ve,su fachada poblada de cráneos que se va dejando ver por la erosión, hoy se ven cinco.Por el camino de piedra y cantos bajo una pequeña pediente, recibo el saludo de Ladis que esta pintando la iglesia , por cierto le esta quedando bien.Unos metros mas de calle diviso una silueta de una persona de baja estatura,envuelto en una manta sujeto en un bastón,lleva su cabeza cubierta por una boina como mi abuelo,destaca una corbata que casi arrastra hasta el suelo, va cantando.. riendo,no hay dudas es el, Luisito el personaje del pueblo.
He recorrido cientos de metros tomado la calle del caño para recoger el mejor pan del mundo en la panadería de don Agustín, dos barras puro bollo ,al entrar el horno deja un olor que hace las delicias del sistema digestivo,al salir deprisa casi me choco con doña Obdulia mí maestra que se dirige a las Escuelas.Me apresuro a subir con el pan para completar mi misión y a la altura del majestuoso caño me encuentro con Luisito que se apresta a compañarme hasta la lechería,me cuenta sus andanzas por los pueblos de castilla, canta alguna coplilla de su inventario,deja caer algún chiste, sin duda es un juglar, voy encantado con su compañía.Tan entretenido que me paso de largo la lecheria de Reme, con la lechera en una mano y el pan en la otra ,Luisito me avisa que coja leche pero que no la derrame que la vida esta muy mal,paso la puerta , delante me encuentro con Licinia presta a llenarme con el cazo la lechera ,le doy las pesetas”Cuidado majo que esta muy llena”salgo haciendo malabares con la lechera. Ya en la calle Luisito esta hablando con mi tío Cayo le esta poniendo al corriente de las noticias que corren por los pueblos de la vieja castilla .Es sin duda el ultimo Juglar de Castilla y se llama Luís García Monjero conocido popularmente como Luisito el de Pozaldez que la necesidad la convirtió en un arte. (1)
Me encanta tú relato-homenaje que me remite en el tiempo a mi época infantil. Vivía por entonces en Nava de la Asunción (Segovia), y cada año por las Fiestas (Septiembre) hacía su aparición. La noticia corría de boca en boca "ha llegado Luisito de Pozalder", y este, recorría todos los barrios llenándolos con sus danzas, risas, cantos y poesías "pa las chicas deste pueblo", a cambio de unas monedas o algunos bollos.
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