El precio del cemento: Sentencia de muerte para los chopos de Miguel Ibáñez

Foto:de Miguel Ibáñez

Ya no se puede hacer nada: por fin, el Ayuntamiento de Santa María la Real de Nieva, a instancias de la Asociación Quinchoneros, ha conseguido que un maderero compre la chopera de la ermita de Nuestra Señora de Prados en Miguel Ibáñez para talarla casi en su totalidad, junto con 17 chopos más situados en las márgenes del arroyo Tormejón, a las afueras del pueblo. La tala se va a efectuar previsiblemente este otoño. Nada hay previsto para restituir los árboles que desaparezcan; simplemente se dejarán crecer los chupones que salgan de los tocones.

Quisiera, con estas líneas, prestar mi voz a todos los perjudicados por esta medida que se nos antoja caprichosa, innecesaria y lesiva.

Sirvan mis palabras como homenaje y despedida, quizá definitiva, a todas las aves para las que la chopera de la ermita constituye un abrigo fundamental como descanso entre vuelos migratorios y como refugio para reponer fuerzas y beber de los manantiales cercanos: grullas, cigüeñas blancas y negras, pájaros carpinteros, alondras, gorriones, mirlos, urracas, lechuzas, milanos, águilas ratoneras, jilgueros, petirrojos, incluso la esquiva abubilla, que de cuando en cuando se deja ver por estas tierras...

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Autora: María Ferrer-Vidal Díaz del Riguero