martes, octubre 19, 2010

PRESENTACION ULTIMO LIBRO DE ANDRES SOREL



Sobre esta novela, última del autor, que se presentará el lunes 25 de octubre en el Círculo de Bellas Artes de Madrid y posteriormente en Sevilla, Málaga y otras ciudades españolas, el escritor y profesor de literatura Jesús Felipe Martínez ha escrito un profundo estudio con el título La independencia de Cuba en la narrativa española. Las guerras de Artemisa de Andrés Sorel, que será publicado en la revista República de las Letras. Entresacamos del mismo unos breves fragmentos para dar cuenta de la aparición de la novela.
Andrés Sorel construye su novela sobre la base de dos personajes antagónicos que tendrán su continuidad 40 años después: Ciges Aparicio y Valeriano Weyler representan, respectivamente, civilización y barbarie. Ambos han estado en África y en Cuba combatiendo bajo la misma bandera pero con ideas antagónicas de lo que ésta significa. Ciges Aparicio seguirá su labor intelectual y política hasta ser asesinado por otro Weyler encarnado en cualquiera de los generales traidores a su patria. De esta manera, en Las guerras de Artemisa se unen los tres vértices del triángulo: Las guerras de África, de Cuba y de España…
Las guerras de Artemisa, tanto en su polifonía de voces narrativas como en su arquitectura novelesca, evoca la estructura musical de desarrollo y variaciones sobre los temas que se nos van anunciando (…) Además, en cada uno de los capítulos volvemos a encontrarnos con los personajes vistos por otros personajes o por ellos mismos en otras circunstancias, en un juego de espejos, a veces deformantes, que ofrecen un perspectivismo sobre los personajes novelescos (y el ser humano) en las antípodas del maniqueísmo sobre el cual se construye la novela histórica…
Este perspectivismo dialéctico con el que se nos va presentando las diferentes facetas de los hechos narrados y los distintos rostros de los personajes se complementa con la pluralidad de voces narrativas sobre las que el autor construye su relato. Al contrario de lo que ocurre en los relatos historicistas al uso, en esta novela lo contingente, lo anecdótico (los hechos de la guerra) se subordina a lo humano. No importa tanto lo que está ocurriendo, la llamada intriga novelesca, o lo que va a ocurrir (el misterio) como la incidencia de estos hechos en unos seres zarandeados por un destino semejante al de los héroes de la tragedia clásica o, quizás más propiamente, a su conversión en esperpento por Valle. La literatura no recrea la historia, la humaniza, ofrece los conflictos internos. Para el historiador, al revés que para el novelista, los hechos o detalles son lo fundamental, las pasiones lo accesorio, lo prescindible.
Shakespeare nos había mostrado cómo unos mismos hechos históricos podían ser analizados desde posiciones a veces complementarias, a veces antagónicas. Sorel utiliza el monólogo, la narración en tercera persona, el parlamento en primera persona, el diálogo en estilo directo y sin acotaciones, la crónica o el discurso expositivo del historiador o las voces de la literatura para ofrecernos esta diversidad de interpretaciones o de incidencia de unos mismos eventos en los personajes de su novela. Este friso de voces narrativas permite no sólo la riqueza interpretativa de lo que está acaeciendo, sino ofrecernos a unos personajes en toda su complejidad, sus contradicciones, sus riquezas y miserias. Es decir, presentarnos héroes complejos, no los seres planos que se pasean por tantas de esas narraciones que se apilan en las grandes superficies bajo el marbete de novelas históricas…
La pluralidad de voces narrativas, la complejidad de los personajes, el engarce de los elementos argumentales para formar una trama coherente, la riqueza de recursos expresivos y la recreación de textos literarios hacen de Las guerras de Artemisa una novela abierta a diversas interpretaciones y análisis. En su aparente sencillez es para mi la obra más ambiciosa de Andrés Sorel.

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