domingo, agosto 30, 2009

Construyendo redes, creando alternativas


Por ello, cada día que pase será más evidente la necesidad de un cambio drástico en la forma de vivir, producir y consumir no sólo aquí sino en todas partes. Disponemos de muchas herramientas de análisis (huella ecológica, deuda externa, deuda ecológica, pico del petróleo, etc.) y todavía más evidencias.
Hay que empezar a construir las alternativas desde ya mismo. Hay que crear los espacios y las herramientas para irse saliendo de este sistema, que es un barco que se hunde. Pero las alternativas tienen múltiples caras y no hay una receta única. En la pluralidad está la garantía de éxito. Ahí van sólo algunos ejemplos reales y realistas de cómo irse saliendo, tanto a nivel individual como colectivo: Boicot a los bancos y al sistema financiero. Boicot a los supermercados, promoción de cooperativas de consumo y de producción ecológica y local, por la autonomía alimentaria y contra los transgénicos. Reducción de la movilidad innecesaria y apuesta por sistemas no motorizados. Autogestión de la vivienda (autoconstrucción, socialización de vivienda abandonada, etc.). Reducción del consumo de agua y de bienes de consumo superfluos. Creación y apoyo a medios de comunicación sociales y autogestionados. Implicación personal, apoyo a la creación de redes sociales, revalorización del contacto humano de proximidad. Refuerzo a la educación integral de las personas por una ciudadanía crítica y consciente. Revalorización de la vida rural, apoyo al mantenimiento de la vida en los pueblos. Creación y apoyo a los movimientos por un territorio vivo y contra su degradación. Revalorización de los oficios tradicionales, en especial aquellos que alargan el ciclo de vida de los objetos. Creación de redes de contrapoder que puedan cuestionar y deslegitimar el poder político cuando éste es represivo o insensible a las necesidades sociales.
Sin duda hay muchísimos ejemplos más. Los Transition towns ingleses pueden ser un paradigma fenomenal a tener en cuenta. De la acción local a la global. La convocatoria del 15 de noviembre “la crisis, que la paguen ellos” (este artículo se redacta antes de esa fecha) es una nueva oportunidad para demostrar que la gente no se queda de brazos cruzados ante la situación. No queremos ninguna refundación del capitalismo. Y lo vamos a demostrar.

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