Un nuevo desafío de aizcolaris municipales se ha desarrollado sin gran expectación en la calle segoviana de José Zorrilla entre los números setenta y siete y ochenta y cinco, capitaneados por la concejala de "medio ambiente", el concejal de obras, asistidos por el ilustrísimo discípulo de Al Gore. El desafío ha consistido en mostrar su falta de sensibilidad con el medio ambiente y su torpeza en favorecer un urbanismo sostenible.
Provistos de excavadora y motosierras se han talado un buen número de árboles de la especie arce negundos, algunos ejemplares con más de veinte años, argumentando para distraer al personal, que su gran porte no es el adecuado para vías urbanas, rompen tuberías, se meten en las ventanas y asustan a los niños.También había que tener cuidado por su aporte de oxígeno, en una calle con gran concentración de dióxido de carbono debido al tránsito de coches; estos seres vivos, perdón árboles, también daban a la calle sombra, invitaban a sentarse a los vecinos de la zona,¡ todo un riesgo!, ahora evitado pues tendrán que esperar otra decena de años para poder cobijarse en una sombra natural. Para continuar con el desafío de aizcolaris municipales habrá que talar un total de cuarenta árboles en la calle José Zorrilla en un tiempo prudencial, el premio será plantar ciento cuarenta y seis árboles, pasar totalmente desapercibidos, sin oposición vecinal y solo generar dudas, desorientación, curiosidad, conformidad o cierto desconcierto entre los peatones, pequeños daños colaterales del desafío de aizcolaris segovianos.
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